MARTES 13, VENDE PERO NI TE CASES NI TE EMBARQUES

Un día cualquiera del siglo IV a.C, el escritor griego Teofrasto tuvo a bien escribir una de sus obras más emblemáticas, Los Caracteres, en la que analizaba la sociedad griega que le tocó vivir y los diferentes estereotipos de personas con las que le tocó convivir. En uno de los capítulos de la obra, Teofrasto hace una divertida compilación de las supersticiones más comunes en aquellos días.
Así, gracias a Teofrasto, sabemos que había que evitar sentarse en una tumba o entrar en la habitación de una parturienta o que una comadreja se cruzara en nuestro camino. O que, los griegos de la época, antes de ir a hacer negocios a la ciudad, se mojaban la cabeza con el agua de todas las fuentes del camino para combatir la mala suerte y asegurar el éxito de las transacciones comerciales del día.

=> Los antiguos griegos veían como un augurio de mala suerte cruzarse con una comadreja, sentarse en una tumba o compartir habitación con una parturienta

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Si os preguntáis a qué viene este pequeño ejercicio de erudición histórica sobre las supersticiones os bastará mirar al calendario para encontrar la respuesta. Hoy es martes 13 de enero, uno de los dos martes 13 de 2015 (el segundo, en octubre), un día tradicionalmente asociado a la mala suerte en Grecia, España y Latinoamérica, un día que en los países anglosajones de muda al viernes 13 para mayor gloria del cine de terror.
La tradición asegura que la mala suerte del día 13 se corresponde con los 13 comensales de la Última Cena, que acabó como ya sabemos que acabó. Lo que desconocemos es si la cena fue en martes o en viernes. Tanto da. Lo cierto es que esta superstición y otras más forman parte de nuestra cultura y han contagiado a todos los ámbitos de nuestra vida diaria. Un contagio del que no se libra ni el mundo de la empresa y los negocios.

=> La mala fama de los martes 13 se ha universalizado y ha contagiado incluso al mundo de la empresa y los negocios

Si la familia japonesa de los Toyoda cambió su nombre por Toyota al crear su fábrica de automóviles para asociarse con la buena suerte, ¿qué cantidad y variedad de supersticiones condicionaran o impedirán una buena venta? Quizás ni te tires sal por encima de tu hombro ni te santigües cada vez que un gato negro se cruza en tu camino, pero seguro que tienes más de una superstición que puede limitar tus resultados comerciales.
Las experiencias negativas con ciertos tipos de clientes o situaciones anteriores pueden hacer preconcebir resultados negativos en situaciones similares. Por el contrario, las experiencias muy positivas pueden hacer que inicies un proceso de pensamiento negativo cuando esas mismas condiciones positivas no están presentes. El resultado de ambos factores es una mentalidad limitante que te puede costar un montón de ventas.

=>Hacer caso de supersticiones y falsas rutinas milagrosas pueden poner el peligro lo realmente importante de tu profesión: la venta

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Si quieres garantizar el éxito debes de evitar posibles bloqueos mentales. No dejes, por ejemplo, que la realización de rutinas para seducir a la buena suerte te desconcentren de lo realmente importante, la venta. No dejes, en definitiva, que rutinas como ir a desayunar al mismo bar cada día, llevar tu traje o blusa favorita o rezar a tu santo preferido sean fundamentales para vender y que su ausencia te conviertan en un vendedor mal preparado, inseguro o temeroso. Recuerda que la venta es una actividad altamente subjetiva por lo que no debes dejarla en manos de temores y creencias infundadas.