El sector eléctrico español se fundamente en un sistema de suministro de energía eléctrica que se divide en cuatro grandes actividades: la generación o producción de energía eléctrica; el transporte o transmisión de la energía eléctrica por la red de transporte; distribución o transmisión de la energía desde la red a los puntos de consumo; y la comercialización o venta de energía eléctrica a los consumidores según la potencia contratada. Cuatro grandes fases que caracterizan el actual funcionamiento de nuestro sector energético, aunque no siempre fue así.
Durante muchos años, el sector eléctrico en España funcionó casi en régimen de monopolio, con cinco grandes compañías que se repartían en mercado nacional en grandes áreas geográficas. Hasta el año 1997, cada una de estas cinco grandes empresas realizaba íntegramente las cuatro actividades del subministro de luz dentro de su ámbito geográfico de actuación, situación que privaba a los consumidores de la posibilidad de escoger los servicios de una compañía eléctrica alternativa.
La situación comenzó a cambiar en 1997 cuando se aprobó la primera ley de liberalización del sector eléctrico nacional con la finalidad de fomentar la competencia en el sector y, al menos teóricamente, conseguir unos precios más competitivos para los consumidores. Esta ley transfería la gestión del transporte a una nueva empresa, Red Eléctrica, y prohibía que una misma compañía operara en más de una de las fases del proceso de suministro eléctrico: generación, distribución y comercialización.
Las empresas responsables de vendernos la energía son las comercializadoras que, a su vez, compran la energía a las empresas que la generan en las subastas que determinan el precio de la energía eléctrica.
Fue entonces cuando se inició un tímido proceso de liberalización del sector y nuevas empresas empezaron a trabajar, especialmente, en la generación y comercialización de la energía eléctrica. Un proceso que se ha acelerado en los últimos años hasta el punto que actualmente operan en España más de 40 empresas comercializadoras que venden energía eléctrica, tanto a empresas como a particulares. De momento no podemos elegir ni la empresa que genera la energía, ni la que la distribuye. Sí que podemos decidir quién nos la vende.
Las empresas responsables de vendernos la energía son las comercializadoras que, a su vez, compran la energía a las empresas que la generan participando en la especia de subasta que determina periódicamente el precio de la energía eléctrica en nuestro país. La mayoría de estas comercializadoras son propiedad de las grandes distribuidoras eléctricas del país. En esta situación, ¿cómo es posible que algunas ofrezcan precios más competitivos? Sencillamente, gracias a su eficiencia operativa y a su estrategia de compra de energía.
Distribuidoras y comercializadoras se reparten la relación con el cliente. Las distribuidoras se encargan, por ejemplo, de las instalaciones y una de sus obligaciones es velar por la calidad del servicio. Son ellos, pues, los que acuden a la vivienda en caso de avería o incidente, además de leer los contadores y transmitir estos datos a la comercializadora para su posterior facturación. Las comercializadoras, por su parte, son las que elaboran los contratos de suministro eléctrico y fijan las tarifas y ofertas para los clientes.
La liberalización del sector energético ha cambiado por completo la dinámica del sector eléctrico español en poco menos de dos décadas pero el proceso aún sigue en marcha. El sector eléctrico seguirá evolucionando en los próximos años de la misma manera que lo harán las relaciones entre empresas y consumidores. Unas relaciones en las que cada día cobra más importancia el trabajo de asesores energéticos como nosotros, como Gestión Comercial, que somos el puente que une el servicio de las comercializadoras con sus usuarios.